Un día normal en la vida de una perra y su dueña

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Ahora mismo está tumbada en el balcón, indignada. Dos horas y media saltando y corriendo por el Parque del Oeste no le han parecido suficientes.

Yo, sin embargo, creo que voy a vomitar.

2 comentarios:

Ana Caína dijo...

Jaja, qué greñas las de la perra,que se la ve despeinada. Así que habría que ver las tuyas, después de ese proceso.

almu dijo...

La perra es que está empapada y sí, con las greñas en todo su esplendor.

Las mías... ni te cuento.

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