Vida placentera vs Lavadora

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Ayer pasé la tarde deshaciéndole nudos del pelo a mi perra, limpiándole las patas en busca de la causa de su nueva cojera. Sentada en el suelo, le fui recortando cuidadosamente las greñas que le crecen entre los dedos mientras ella me chupaba las manos. Después nos fuimos de paseo, hasta que llegamos a un parque y nos sentamos en un banco. Las dos mirando al frente, al horizonte, que se iba volviendo morado. Cuando vino un señor avisando de que cerraban, ya de noche, caminamos despacio de vuelta hacia casa. Entonces ella se tumbó al fresquito en el balcón, yo puse música clásica, encendí la lavadora, coloqué en el fuego un futuro puré de calabacín con parmesano, y me tumbé a leer una novela. Hasta que de pronto la lavadora pegó un gran salto, sonó un chispazo, se fue la luz, y mi perra se meó por todos lados.

5 comentarios:

coco dijo...

No me extraña. Te la arreglo? y luego la lavadora.

Señorita Puri dijo...

A las lavadoras no les gusta la música clásica, deberías saberlo.

Percival H. Fawcett dijo...

somos muy nuestras , un poquitín traidoras ( y nos va más el txunta-txunta , sip ...)

Anónimo dijo...

me encantas!
llevo un rato leyendote! www.palabrasdeviento.blogia.com

almu dijo...

Uy, gracias!

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