Infancia

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De pequeña pensaba que una vez hubo una guerra mundial, pero que fue tan larga que la tuvieron que dividir en dos partes. Que no debía haber nada peor que tenerte que morir con unas botas puestas. Que un golpe de estado era un terremoto gigante, y que los hombres hacían la mili y no las mujeres, para que algo les doliera tanto como un parto. Ser rojo era pertenecer a un club secreto y fumar ducados, y un facha era un vecino que no saludaba por las mañanas, llevaba cuchillo y vivía en la escalera de al lado. Luego estaban los políticos, que entre semana pasaban el día en enormes edificios de hormigón llamados ministerios, y cuando llegaba el viernes se iban a un parque gigante lleno de patos llamado Doñana. Lo más raro de todo era la religión. Un gas gigante que se te mete en el cerebro para que tengas fé, y consigues ver a un señor que no existe, multiplicado por tres. Se consigue yendo a misa. Ahora no vale para nada, pero antiguamente te afectaba al cerebro, pintabas cuadros de apariciones y asesinatos, y si eran buenos, si parecían fotos, los colgaban en el museo del prado.

4 comentarios:

Percival H. Fawcett dijo...

¿cómo que 'de pequeña' ? , pero , ¿¿¿ no es así ahora mismo ????


( marvelous post , almu ...)

almu dijo...

ta-co-tes de cheiw!

(perdón, es que estoy de revival)

almu dijo...

no sé, mis patas de gallo no me dejan ver bien.

(gracias, querido electrodoméstico)

Señorita Puri dijo...

yo creo que en vez de facha, el vecino tenía una plantación de marihuana, porque a ti te afectó severamente.

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pon algo, mujer